5 mitos sobre la cirugía de catarata

Las cataratas son un problema frecuente del envejecimiento: 4 de cada 10 mayores de 60 años viven con esta patología que es una de las principales causas de ceguera tratable (con tratamientos y cirugía de catarata) en el mundo. Muchas veces, la consulta al oftalmólogo se ve motivada por las dificultades a la hora de renovar el registro de conducir o porqué sienten una que otra molestia.

Las cataratas ocurren cuando el cristalino, el lente natural del ojo, pierde su transparencia por el paso del tiempo o en forma acelerada por otras enfermedades. Sus síntomas son: disminución de la visión, dificultad para ver en ambientes muy iluminados o a plena luz del día y encandilamiento.

Cirugía de catarata: tratamiento efectivo

En la actualidad el único tratamiento efectivo de esta afección es la cirugía. Se trata de una intervención indolora, que se realiza con anestesia local, que suele durar entre 10 y 15 minutos. Lo más frecuente es que los ojos se operen con una semana diferencia entre ambos. Tras la intervención, el paciente se va a su casa y coloca unas gotas indicadas por el cirujano.

No obstante, la cirugía de catarata no permite recuperar la visión al 100% en todos los casos.  En algunos pacientes, existen otras patologías concurrentes que, de alguna manera, limitan la recuperación visual.  En otros casos más satisfactorios, contamos con la última tecnología (ORA Vision) para realizar cálculos de lente intraocular de forma personalizada, de tal manera que el paciente así como se le corrige su problema de cataratas también mejorará su visión lejana, cercana o ambas.

Cinco mitos

En torno a la cirugía de cataratas todavía persisten mitos que los especialista quieren despejar:

Hay que esperar a que la catarata esté “madura”

Hace muchísimos años, cuando no existían las lentes intraoculares o cuando la cirugía se realizaba con incisiones muy grandes y astigmatismos postoperatorios elevados, era algo frecuente esperar “la madurez” de la catarata.

Actualmente, con las técnicas más modernas, incisiones pequeñas y desarrollo en lentes intraoculares de última generación, la catarata se opera cuando el paciente encuentra dificultad en sus tareas cotidianas, sin importar cuán avanzada esté. En muchos casos, y con una edad preferiblemente no menor a 55-58 años, el cristalino es reemplazado por una lente intraocular para reducir o eliminar la dependencia de gafas o lentes de contacto, especialmente, en aquellos pacientes que usan distintos aumentos para las diferentes distancias, lejos, media y cerca.

Luego de la cirugía, habrá que hacer una nueva cuando el lente se opaque

Esto es un error de concepto dado que es extremadamente inusual que la lente se ponga opaca. Lo que sí puede ocurrir es que la cápsula del cristalino, que se preserva justamente para colocar la lente dentro de ella, se opaque. Esto sucede en el 10% de los pacientes, aproximadamente, y se resuelve con una aplicación muy rápida de un láser, en el consultorio y de manera ambulatoria. Se trata de un procedimiento que, una vez realizado, no hay que repetir.

La cirugía se hace con láser

Si bien el láser se usa en muchas de las cirugías oculares y existen láseres muy precisos, existe la cirugía de catarata asistida con láser de femtosegundo, este láser permite realizar cortes en la córnea con una precisión exacta, pero no reemplaza la labor del cirujano, sólo simplifica algunos pasos de la cirugía de catarata que anteriormente eran manuales.

Hay que usar gafas luego de la cirugía

Esto depende del tipo de lente intraocular que se utilice ya que existe una gama muy amplia de lentes dependiendo de la corrección que requiera el paciente. Hay opciones de todo tipo para poder corregir el astigmatismo y la visión cercana.  Siempre que se extrae el cristalino, se reemplaza por un lente intraocular para que el paciente tenga visión de lejos sin gafas y, en el mejor de los casos, independencia de todo tipo de gafas para todo tipo de distancia.

La catarata es esa “telita” que crece por delante del ojo

En realidad, la catarata ocurre dentro del ojo y sólo se puede ver desde afuera a simple vista si está extremadamente avanzada. La mayoría de las cataratas solo pueden ser evaluadas con la lámpara de hendidura en consultorio.

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