Unas gafas de sol homologadas y de calidad, que no son necesariamente las más costosas, resultan imprescindibles para:
1. Protección frente a la radiación ultravioleta, lo cual reduce el riesgo de sufrir cataratas y otras lesiones severas.
2. Protección frente a la luz azul. A largo plazo, la exposición a la luz visible se ha identificado como un factor de riesgo de padecer degeneración macular.
3. Mayor comodidad visual. Con el uso de gafas de sol se minimiza la intensidad de la luz ambiental y los deslumbramientos. Así vemos de forma más clara y evitamos fruncir el ceño y cerrar los ojos.
4. Mayor rapidez de adaptación a la oscuridad. Al pasar cierto tiempo bajo la luz directa del sol, se puede dificultar la habilidad de los ojos para adaptarse rápidamente a niveles bajos de iluminación (en interiores o por la noche). El uso de gafas de sol nos ayuda a adaptarnos a los cambios de luz con mayor rapidez.
5. Mayor seguridad en la conducción, ya que el uso de gafas de sol evita los deslumbramientos causados por los reflejos de la carretera o la luz brillante del sol.
6. Mayor protección frente a los impactos durante la práctica deportiva. Las gafas diseñadas para hacer deporte ofrecen una mayor seguridad, ya que tanto las lentes como las monturas están hechas de materiales resistentes a los impactos.
7. Efecto pantalla que evita el contacto de los ojos con el polen y el polvo ambientales.
8. Reducción de la sequedad ocular. Las gafas de sol protegen del aire y viento que pueden provocar sequedad ocular.
9. Gafas de repuesto. Si utilizas gafas habitualmente, las gafas de sol graduadas pueden servirte de repuesto.
10. Accesorio de moda. Las gafas de sol también son un complemento que puedes combinar con tu vestuario o actividad.