¿En qué consiste?
El iris, llamado comúnmente el color de los ojos, es un músculo que tiene un orificio en el centro que se llama pupila. Este músculo hace que la pupila cambie de tamaño según las condiciones de iluminación lo que permite a la luz entrar en mayor o menor medida hacia la retina, influyendo también en la capacidad de enfoque del ojo. Por eso, cuando el músculo sufre daños o traumatismos, se realiza cirugía para reformar el diafragma ocular.
Tratamiento:
Cuando el iris ha sufrido un traumatismo, o con enfermedades de la córnea y del segmento anterior que lo afectan.
¿Cómo se realiza?
Es una cirugía que se realiza con anestesia local o general. Se practica con suturas a través de pequeñas incisiones que se efectúan en la parte periférica de la córnea.
Si hay que hacer un trasplante de córnea, la cirugía del iris es mucho más sencilla, ya que disponemos de una abertura de unos 8 o 8,5 mm y podemos acceder a realizar la sutura del iris de una forma mucho más fácil.
Síntomas: Pupilas grandes, iris sin movilidad.
Duración: De 10 a 20 minutos.
Dolor: Dolor leve, visión borrosa, ojo rojo, sensible a la luz y/o molesto, y también puede haber un leve dolor de cabeza.