«Entrevista con el Dr. Luis Escaf sobre las generalidades y tecnologías para decirle adiós a las cataratas»
Sentir que se tiene una nube delante del ojo, la cual produce una visión borrosa y el desvanecimiento de las imágenes que se ven son algunos de los síntomas que describen las personas que padecen cataratas. Una condición que sufre una gran parte de la población. Pero, que puede ser corregida gracias a una intervención quirúrgica que ayuda a que el paciente recupere su calidad de vida.
La mayoría de las personas escucha la palabra cataratas y de inmediato proyectan en su mente la imagen refrescante de un torrente de agua que cae contra las rocas de un idílico paraje exótico. Otros, en cambio, piensan con angustia en una enfermedad visual muy común, que sino se trata a tiempo puede causar la pérdida de la visión. Y es que tal como ocurre con las aguas de una catarata, la enfermedad que lleva el mismo nombre se precipita desde el punto más alto. Es decir, comienza en la cabeza del paciente y fluye hacia sus ojos obstruyendo la entrada de la luz y, por lo tanto, la vista.
En palabras del histólogo español Santiago Ramón y Cajal, una catarata es “el telón que oculta el mágico teatro de la vida”. Sin embargo, para quienes padecen la enfermedad, esa frase poética se transforma con el paso del tiempo en una tragedia griega, para la que por fortuna ya existe salvación, siempre y cuando se acuda a un centro oftalmológico de manera oportuna.
La patología ocular se define como una opacidad del cristalino,una lente interna del ojo, compuesta en su mayoría por agua y proteínas.
El cristalino funciona como la lente de la cámara fotográfica, que sirve para enfocar los objetos ubicados en múltiples distancias. En un ojo normal tiene la característica habitual de ser clara y traslúcida. Sin embargo, con la edad, las proteínas del cristalino se aglomeran y empiezan a nublar una pequeña parte de este. Con el tiempo esto aumenta y oscurece la visión como si se tratara de una pesada cortina que alguien olvidó descorrer.
Aunque se dice que más del 20% de las personas de 65 años en adelante, ya la padecen. Las cataratas se pueden presentar a cualquier edad, existiendo en niños recién nacidos y adolescentes por traumas o infecciones adquiridas durante el embarazo. Además, aparte de la edad, existen factores biológicos y ambientales que pueden influir en su aparición temprana.
“Los profesionales que trabajan en calderas o con irradiaciones, sin protección,son propensos a padecer cataratas. Del mismo modo, la luz ultravioleta de los rayos solares es un factor predisponente, como también lo son las altas temperaturas. En cuanto a las causas biológicas, es más frecuente encontrarla en pacientes diabéticos”, explica Luis José Escaf, médico especialista en Oftalmología.
Así, dependiendo de la evolución de la opacidad del cristalino se presentan los síntomas. Si la catarata es aguda (producida por trauma o intoxicación) ocasiona pérdida de visión repentina. Si es por envejecimiento normal, la visión se va perdiendo lentamente, acompañada de una disminución en la percepción de los colores, deslumbramiento con las luces de los carros o la iluminación de la calle. Debido a esto, las personas se ven sometidas a cambiar con frecuencia de anteojos.
Los adelantos médicos le cierran el paso a las cataratas
A lo largo del tiempo han surgido mejoras tecnológicas que ayudan a remover las cataratas de una manera fácil, eficaz y segura. Lo que convirte a esta enfermedad en una causa remediable y con resultados óptimos la mayoría de las veces.
“En los últimos 20 años han aparecido avances, que van desde la anestesia que pasó de ser general, a local con gotas; y de una cirugía en la que antes había que hospitalizar al paciente, a una ambulatoria. Además, se han desarrollado técnicas de micro incisión que posibilitan la extracción de la catarata por una herida diminuta (1,8 a 2,0 mm); lentes intraoculares multifocales, que permiten al paciente ver bien de lejos, intermedio y cerca; y el progreso más reciente: la introducción de la tecnología láser de Femtosegundo, que otorga precisión en algunos pasos de la cirugía”, comenta el oftalmólogo Luis José Escaf.
No existe ningún medicamento ingerido o aplicado para prevenirla y menos para curarla. La cirugía es el único tratamiento que existe para removerlas, y a menudo se realiza como un procedimiento que no requiere de hospitalización y que dura alrededor de 20 a 30 minutos. Pero para esto hay que cerciorarse que el ojo no sufra otra alteración que frustre la intervención.
“Para reemplazar la catarata y lograrla recuperación total de la zona, al momento de retirarla se implanta un lente intraocular, que es diferente para cada caso. Sobra decir que la cirugía de catarata es una de las operación es que más se realizan en el mundo, con unos 20 millones de procedimientos anuales y, a su vez, es la que más satisfacción produce al paciente”, sostiene el doctor Escaf, quien enfatiza que lo recomendable es remover la catarata solo cuando la pérdida en la visión interfiere en las actividades cotidianas como conducir, leer o ver televisión.
Calidad de vida y recuperación inmediata
Considerando que la catarata es una patología vinculada con la edad, puesto que la mayor parte del tiempo se presenta en personas mayores de 60 años. Entre los grandes beneficios que ofrece la intervención quirúrgica es la calidad de vida y la recuperación en corto tiempo de los adultos mayores.
Las arrugas, las canas, los dolores y enfermedades que con llevan al debilitamiento del cuerpo son consecuencia de la vejez. Es entonces, cuando la cirugía de cataratas se vuelve importante en la vida de quienes las padecen. Porque se convierte en la solución de un problema que disminuye la dependencia en la etapa de envejecimiento y mejora la agudeza visual. “La recuperación es casi inmediata; sin embargo, cada caso es individual.
Con frecuencia, después de extraída la catarata, esta no vuelve a reproducirse”, concluye el doctor Escaf.